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LLEGÓ EL TRABAJO AL AYUNTAMIENTO



Los últimos días han sido convulsos e intensos desde el terreno político. Los partidos hoy salientes de nuestro Ayuntamiento cordobés dejan una negra herencia al que entra.
Sólo un par de días antes de las elecciones del 22 de mayo se convocó un pleno extraordinario para justificar facturas impagadas por más de seis millones de euros. No para aquí el desmadre porque también pocos días
antes de este pleno improvisado se díó a conocer que, por la mala gestión del señor Ocaña y compañía en las crisis de las inundaciones, hay un volumen de facturas sin pagar por importe de 750.000 euros. Esta cantidad se corresponde con trabajos realizados por algunas empresas que presentan irregularidades en las facturas presentadas a cobro al Consistorio. Esta malísima gestión nos lleva a un escenario grotesco en el que una vez más por la incompetencia de estos señores el Gobierno Central se guarda de nuevo el dinero que debía destinar a los contribuyentes afectados por estos sucesos.

Tan mala ha sido la gestión de nuestros cogobernantes que el panorama que a los que les siguen se presenta es grotesco:
- Paro: más de 42.000 desempleados sólo en Córdoba capital.
- Economía laboral: Las grandes y medianas empresas tradicionalmente afincadas en nuestra ciudad han mudado sus instalaciones a otros sitios. La pequeña empresa disminuye en número y capacidad.
- Parcelaciones: La mala gestión de las irregularidades así como el engaño con fines oscuros a los propietarios de parcelas han dejado una ardua tarea a los que llegan al poder porque deberán gestionar los problemas regenerando la confianza perdida por los parcelistas.
- Sociedad: La tan laureada participación ciudadana de la que tanto han hecho gala estos malos gobernantes ha desembocado en una desilusión extrema para la mayoría de los interesados por estar manipulada en pro de los intereses partidistas y sectarios de la mala izquierda de nuestra ciudad.
- Podríamos continuar con la ilusión del hipotético y hoy ruinoso proyecto del Palacio del Sur, o con el dislate del derroche que se viene haciendo por la mala organización de La Noche Blanca del Flamenco,  o con los gastos en viajes, dietas y demás conceptos innecesarios, etc.
Pero lo que está claro es que la incompetencia y la prepotencia han sido los que han marcado el cogobierno de estos malos gobernantes que han dejado las arcas municipales en bancarrota empeñando e hipotecando por años a la administración municipal.
He de destacar gravemente la mala atención que los ciudadanos han recibido por los representantes salientes dependiendo sobre todo de su color político de manera que los que no han comulgado con sus manipulaciones han sido apartados del normal funcionamiento del Ayuntamiento y las necesidades y propuestas que han expuesto repetidas veces en instancias por registro de entrada no han sido atendidas o simplemente se les han alimentado falsas promesas que de antemano ya sabían que no tenían intención de cumplir.
Una y otra vez nos hablaban de sus grandes proyectos cuando en esta ciudad no han dejado fondos para ejecutar nada y lo que necesitamos es que se atiendan las menores pero más importantes demandas ciudadanas existentes pues de nada sirve un centro comercial si no hay dinero para gastar en él, o poco importa un buen aparcamiento si las calles a éste con inaccesibles, o de poco sirve pagar recibos de agua, billetes de desplazamiento en autobús, etc, si las empresas que prestan estos servicios están tan mal gestionadas ya que no son rentables sino todo lo contrario y,  además, lo que sí son es un hervidero de colaboradores comprados a sueldo para esta izquierda falsa y retrógrada que hemos padecido.
Queda destacar la mala educación de la que muchos de los gobernantes salientes han hecho gala tanto en plenos, como en reuniones con vecinos y afectados, como con nuestra querida y espléndida Semana Santa, etc.
Ahora el gobierno entrante se propone no caer en los males que otros fomentaron y con una buena administración y con confianza en el avance futuro hemos de ver cómo cambian las cosas en nuestro querido pueblo. Los valores han de ser reales y demostrados y no sólo un puñado de palabras sin significado por su no aplicación. La meta es simplemente el trabajo bien hecho y un esfuerzo que recoja frutos reales.

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